miércoles, 9 de agosto de 2017
Al caminar con Jesus
Saludos
Hace diez años atrás tuve una de las experiencias mas hermosas que cualquier ser humano puede experimentar y fue la de convertirme en madre de un hermoso niño que lleno nuestras vidas de felicidad y alegría aun cuando la ciencia me había profetizado que no podría ser madre y luego de la perdida hace de mi primer hijo. Es por eso que hoy quiero comenzar este tema dando las gracias a Dios por su misericordia.
Al enterarme de que estaba embarazada sentí gran temor de perder ese hijo como había pasado con el anterior. Tuve una mezcla de alegría y temor en mi corazón difícil de expresar. Cuando tenía un mes de embarazo vino la amenaza de aborto, con el dolor llegaron los vómitos y las contracciones. Clamé a Dios que por favor no me permitiera perder ese hijo y oraba y oraba en medio del llanto que Dios nos librara de esa situación. Finalmente luego de 24 horas en el hospital y de haber vomitado en mas de veinte ocasiones se detuvo el sangrado , las contracciones y los vómitos. Le pedí a mi esposo que me comprara un emparedado con queso, jamón , huevo y ensalada. Mi esposo le preguntó al doctor y al recibir la autorización me llevó el emparedado el cual toleré y horas mas tarde me mandaron a la casa. No había perdido el embarazo. Aunque sentí gran alegría y agradecimiento a Dios el temor seguía en mi corazón. Trataba de estar acostada lo mas posible y en la casa. Aunque disfruté de esos nueve meses ciertamente hubiera podido disfrutar mas si me hubiera enfocado en el milagro que Dios había hecho de salvar mi hijo en lugar de enfocarme en el temor a perderlo. Finalmente el tiempo pasó mi hijo nació y pude tener la felicidad de cargarlo en mis brazos. Dios no me había abandonado el me había prometido que estaría conmigo y lo estuvo. Pero mi miedo me impidió poder disfrutar mas esa etapa de mi vida.
De la misma manera en muchas ocasiones cuando vamos de viaje le pedimos a Dios en oración que no nos abandone y nos lleve con bien hasta nuestro destino pero al abordar el avión pasamos las horas de viaje preocupándonos porque todo salga bien y lleguemos con bien hasta nuestro destino. Finalmente cuando arribamos al lugar podemos ver que Dios estuvo con nosotros y que llegamos bien pero no disfrutamos esas horas de viaje por estar preocupándonos por que pasará.
Esa situación se repite muchas veces en nuestras vidas que ponemos en las manos de Dios una preocupación o una petición pero continuamos preocupándonos por ella. Pasan los dias, los meses y los años y vemos que eso a lo que tanto le temiamos nunca ocurrió que Dios estuvo con nosotros en el camino pero no disfrutamos el trayecto por el miedo al que pasará. Es por eso que pienso que cuando entregamos algo en las manos de Dios debemos dejar a un lado la preocupación y debemos comenzar a disfrutar del camino con la certeza y la confianza de que estaremos bien por que Dios no abandonará a ninguno de sus hijos y todo lo que pidamos a Dios con fe el no los dará siempre que sea para nuestro bienestar. Como un padre siempre esta para sus hijos a si Dios esta para cada uno de los que lo aman. De la misma manera que en ocasiones como padre tenemos que decir a nuestros hijos no porque sabemos que lo que nos están pidiendo no les hará bien en ocasiones Dios tiene que decirnos no porque sabe que si nos consede nuestra petición sería para destrucción nuestra. Por ejemplo a mi hijo le facina comer dulces y en muchas ocasiones cuando el me pide si le puedo comprar un dulce mi contestación es no y el se molesta y me dice porque tu contestación es no y yo le digo ahora no lo entenderas pero en el futuro si. Ahora puede que no entendamos muchas contestaciones de Dios pero en un futuro las entenderemos pues de algo estoy segura no hay nadie que nos ame mas que el.
Que al caminar con Jesus podamos tener la confianza plena y absoluta de que estamos caminando sobre terreno sólido pues mientras el nos guie nada debemos temer. Que disfrutemos cada dia y vivamos cada dia a plenitud. Enterremos nuestros miedos y nuestra inseguridades porque mientras esten con nosotros no nos permitirán ser felices. Es necesario caminar confiados de que la protección divina está con nosotros. Al fin de cuenta puede que perdamos nuestras vidas preocupándonos por algo que nunca ocurrirá.
San Mateo 6:25 dice " Por tanto os digo : No os afanéis por vuestra vida , qué habéis de comer o que habéis de beber ; ni por vuestro cuerpo que habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento y el cuerpo más que el vestido?"
San Mateo 6:34 dice "Así que no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su propio afán. Basta a cada día su propio mal."
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario