miércoles, 25 de octubre de 2017

Un cambio de enfoque parte 2





Saludos. Como les escribí en la parte 1 de este tema tomé la decisión de hacer un cambio de enfoque en mi vida de los problemas a lo positivo y de la desesperación a Dios.


Cuando comencé hacer eso mi vida comenzó a cambiar y cada día comencé a ver el problema mas pequeño y las bendiciones mas grandes. Comencé a valorar la maravilla de poder pasar mas tiempo con mis hijos y disfrutarlos pues el tiempo pasa y llegará el momento en el cual no estarán mas a mi lado. Comencé a convertirme en su cómplice y a disfrutar cada segundo junto a ellos. Comencé a disfrutar mas de mi hogar y de poder tener el tiempo de tener una buena alimentación, en un momento en el cual la mayoría de las personas por falta de tiempo no preparan sus alimentos y comen la mayor parte del tiempo fuera siendo este uno de los mayores causantes de diabetis, obesidad, enfermedades del corazón y cancer. Comencé a disfrutar el tener mas tiempo para disfrutar de mi esposo, ya que en muchas ocasiones personas por dedicarse al trabajo descuidan su pareja siendo esta una de las principales causas de infidelidad y divorcios. En ese momento comencé a darme cuenta que mi vida no era el desastre que yo había llegado a pensar sino que era una vida rica en bendiciones.


En ese momento todavía tenía el problema de transportación y comencé a ponerlo en oración y se me ocurrió la idea la cual  estuvo inspirada por Dios de utilizar parte del dinero de mi pensión para contratar un chofer. También mi Dios me inspiró a escribir y a compartir con otros que cuando las cosas no salen como esperamos el mundo no se termina es una oportunidad de demostrarnos a nosotros mismos y al mundo que todo lo podemos en Cristo que nos fortalece. Podemos tener una adversidad, dificultad o problema pero por cada uno de ellos tenemos muchas mas bendiciones. Hoy me siento bendecida, realizada, feliz y agradecida a Dios de las experiencias vividas porque me convirtieron en una persona mas fuerte y mas sabia. Hoy al llegar con mi esposo a sus reuniones siento el orgullo de decir que estoy retirada por una condición de salud y servir de estímulo a aquellos que aun teniendo la salud no han aprendido a disfrutar la vida la cual es un regalo divino. Hoy soy una persona segura de mi misma y he aprendido que para ser aceptada por otros primero tengo que aceptarme yo misma con mis virtudes y debilidades. He decidido vivir cada día disfrutando las bendiciones del cielo no enfocándome en el problema que pueda estar viviendo en un momento en particular. He comprendido que hay ocasiones en la vida en la cual debemos cambiar nuestro enfoque porque podemos vivir toda una vida pensando que algo en particular nos causará la felicidad  y podemos estar muy equivocados y podemos estar dejando a un lado lo que verdaderamente nos proporcionará esa felicidad anhelada.


El tiempo pasa y no se detiene y todo acto en nuestras vidas traerá sus consecuencias. Dejemos de enfocar nuestra vista en lo negativo cuando Dios nos regala tantas cosas positivas en las cuales enfocarnos. Aquello que me proporciona felicidad a mi no necesariamente es lo que le proporcionará felicidad a otro porque no todos tenemos el mismo propósito en la vida. Lo importante es que de una manera u otra dejemos una huella positiva en la vida de aquellos que amamos y en la sociedad en la cual vivimos creo que si hemos logrado eso habremos cumplido nuestro propósito en la vida. Pregúntate cual es el propósito en tu vida y que huella positiva puedes dejar en aquellos que te rodean. Uno de mis propósitos es dejar saber a otros que en Dios tienen un amigo verdadero y leal. Que Dios los dirija y los guarde y que hoy sea un buen día para cambiar tu enfoque de uno negativo a un enfoque positivo. 

jueves, 12 de octubre de 2017

Un cambio de enfoque parte 1

Saludos a todos y bendiciones en este nuevo día que Dios nos ha regalado. Existen momentos en nuestras vidas que al analizarlos vemos que ha llegado el momento de cambiar nuestro enfoque. Por mucho tiempo viví cada segundo, minuto, hora, día, mes y año enfocándome en como solucionar un problema laboral que estaba atravesando. No se como llegué a ese punto pero la realidad era que no existía un segundo de mi vida en el cual no pensara en esa situación y como poder solucionarla. Pero al final del camino no estaba bajo mi control y yo no podía cambiar la mentalidad de una supervisora que parecía sentir odio hacia mi persona. Sufrí y lloré por algo que no estaba bajo mi control. Me castigué a mi misma afectando mi salud por una situación que yo no podía cambiar pues yo no puedo controlar los actos de otros seres humanos. Mientras todo eso ocurría pasaban los días y yo los perdía envuelta en una lucha que jamás ganaría porque no tengo el control de las actuaciones de los demás.


Con el pasar del tiempo esa experiencia laboral aterradora llegó a su final. Llegó un nuevo supervisor al área con el cual mantuve una buena relación laboral. Pero la vida comenzaba a facturarme mi error. Al intentar recordar momentos agradables vividos en esos años simplemente eran muy pocos porque me había desconectado durante ese tiempo de mi vida para enfocarme en lo que yo entendía necesitaba solucionar en mi vida para ser feliz que era mi situación laboral y lo cual en tu vida puede ser otra cosa. Como consecuencia a que había perdido esos años de mi vida enfocada en un problema mi salud se había visto afectada de manera irreversible, mis convulsiones habían aumentado de forma impresionante lo que llevó al equipo profesional a pensar que no había forma de cambiar el panorama y como consecuencias de esa situación no podría volver a trabajar ni conducir un automóvil.


El problema laboral se había solucionado pero ahora tenía un problema de salud incurable. No podría ejercer mi profesión y tenía que depender de otros para poder movilizarme. ¿Qué sucedió en ese momento?


Ya no estaba enfocada mas en mi problema laboral pero comencé a enfocarme en mi problema de salud y ya no era el problema laboral el que me estaba quitando mi paz, m tranquilidad y mi felicidad era el problema de salud y no existió un segundo, minuto, hora y día en el cual no pensara como resolver esa situación. Intenté muchos medicamentos e incluso una operación pero nada parecía dar resultado. Luché con mi Dios, mi autoestima se afectó llegó un momento en el cual comencé avergonzarme de la situación que estaba viviendo. Me pregunté para que había invertido tantos años haciendo una carrera profesional si ahora no podía ejercerla. Cuando mi esposo tenía reuniones profesionales yo me avergonzaba hablar de mi enfermedad y el porque no podía trabajar. En ese momento hubo muchos que no perdieron la oportunidad de ponerme el pie encima para humillarme y hacerme sentir rechazada. Fueron muchos los que me negaron un favor, aun ofreciéndole dinero a cambio del favor me contestaban no y de esa manera me dejaron inmersa en la mas grande de las soledades la cual nadie que no la haya experimentado la puede entender tan solo podría imaginarla. Mi esposo tenía que cumplir con el trabajo, nuestros hijos y servirme de chofer para mis gestiones hasta el  punto que su cuerpo no aguantó mas y llegó el día en el cual casi infartó, comenzando hacer medicado. En ese momento sentí que había sido mi culpa por no haberlo podido ayudar aumentando mi dolor, mi frustración hasta un punto que llegué a convulsar veinte seis veces al mes y mi obsesión por superar esa enfermedad parecía estar enterrándome viva. La única familia que tenía en ese momento a mi lado me dio completamente la espalda. Ya no era el problema laboral ahora era el problema de salud pero ese tampoco estaba en mi control.


Nuevamente me encontraba luchando por solucionar un problema que no estaba en mi control y nuevamente los años seguían pasando por encima sin que yo viera toda las bendiciones que mi Dios me estaba dando pues me encontraba enfocada en el problema. Hasta que llegó el momento de decir basta ya y decidir no enfocarme mas en los problemas y comenzar a enfocarme en las bendiciones. No enfocarme mas en el problema sino en Dios. ¿Qué sucedió entonces? ¿Como cambió mi vida? ¿Cual fue mi nuevo rumbo? De eso estaré hablando en la próxima semana. Pero algo te puedo decir no importa cual pueda ser tu situación ese no es el fin. Recuerda que llegarás hasta donde quieras llegar y que al salir de la prueba serás una persona mas fuerte y capacitada para el éxito. Recuerda que el oro se pule en el fuego y que si te pones en las manos de Dios que es el mejor de los alfareros el hará contigo grandes maravillas las cuales nunca pasaron por tu mente. Para aprender a valorar las grandes cosas de la vida tienes que haber visto el lado malo de la moneda. Son muy pocos aquellos que sin haber pasado la prueba valoran una bendición. Que Dios te bendiga y te guarde y haga resplandecer sobre ti su luz. Levanta tu rostro , cambia tu enfoque y continua tu camino.