Nada que temer

Saludos


¿Quien hay entre vosotros que tema al Señor, que oiga la voz de su siervo, que ande en tinieblas y no tenga luz? Confíe en el nombre del Señor y apóyese en su Dios. (Isaías 50:10)


Cuando éramos niños muchos pudieron disfrutar la experiencia de acampar en el patio de su casa. Papá les podía ayudar a montar la tienda de campaña y mamá se aseguraba que tuvieran suficientes provisiones. Con linternas, navajas de bolsillo y el fiel perro de la familia para protegerlos, los niños se sienten listos para desafiar los elementos y cualquier otra cosa que los amenace.


Sin embargo no cuentan con la oscuridad. Los grandes árboles del patio , que de día se ven inocentes y de noche se convierten en algo amenazador. Muchos niños comienzan a pensar:¿ Que son esas pequeñas luces que se mueven por todos lados encendiéndose y apagándose? Comienzan los pensamientos y si somos atacados durante la noche por un animal salvaje que anda vagando por el vecindario y si al gritar no nos escuchan. Entonces se les ocurre la idea y si convencemos a papá de que acampe con nosotros.


Llega papá con su bolsa de dormir y con más provisiones, sin recriminar ni condenar. Entonces los niños se duermen sin el mas mínimo problema y en sus mente la experiencia de acampar termina siendo un éxito rotundo.


Cada vez que llega la oscuridad, el mundo puede ser un lugar atemorizante. No importa cuánto intentemos mantener nuestra mejor cara y postura, a veces lo único que podemos decir es : Papá ayudános.


Se cuenta la historia de los Paton, una familia de misioneros que fueron a una isla desamparada conocida por sus caníbales y cazadores de cabeza. En la etapa inicial de su ministerio, el señor Patón y su esposa , dormían todas las noches en la playa. Los nativos los observaban desde los arbustos pero nunca se acercaron.


Después de treinta fructíferos años de ministerio, uno de los nativos que se había convertido le preguntó a Patón: Aquellas noches cuando usted y su esposa dormían en la playa,¿ Que ejército era el que rodeaba a ambos cada noche? Patón por supuesto , no tenía un ejército, pero sabia mas alla de toda duda ,quienes eran los soldados  y que Dios los había enviado.


Cuando estaba en la universidad hubo un día que iba para la iglesia y tube un accidente automovilístico impactando el carro de mi madre contra un poste. El carro comenzó a irce a toda velocidad hacia atrás y lo único que se me ocurrió fue abrir la puerta y tirarme porque iba rumbo a un puente y imaginé el carro se va a caer del puente hacia el rio. Cuando llegó la policia muchos le dijeron que fuera a buscar el otro porque debía estar herido y yo les decía que no había nadie conmigo. Luego pude entender quién era ese otro que las personas habían visto. Probablemente mi ángel guardian. Ciertamente la policia me comentó que no sabían como la puerta del carro no me había arrastrado cuando me tiré porque el carro iba hacia atrás. Ciertamente Dios cuidó de mi.


El Dios que vigila "tu salida y tu entrada" (Salmos 121:8), es aquel en quien puedes confiar para protegerte de las tinieblas de la maldad. Confía en que Su poder, Su amor y Su nombre, te protegerán todo los días de tu vida sin importar el tipo de oscuridad que enfrentes.


Cuando decidimos trasladarnos a una nueva nación mi esposo se trasladó un mes antes que yo. Hubo una noche en la cual yo me sentía muy sola y con temor. Orando le expresé a Dios me siento sola y llena de temor aquí con mis dos niños por favor yo se que tu estás a mi lado pero necesito sentirte . Permite que al terminar mi oración yo pueda sentir lluvia caer así sentiré tu presencia y estaré tranquila de que tu estás en control y que tu estás cuidando de mi y mis niños. Habia vendido los vehículos y ya los había entregado y me daba temor de que pudiera pasar una emergencia y no pudiera responder ante la misma. Cuando terminé de orar comenzó a llover y sentía la lluvia en la ventana de mi cuarto. En ese momento besé mis dos niños que dormían y sentí una paz recorrer por mi cuerpo quedándome profundamente dormida.


Que Dios pueda derramar esa paz en cada uno de ustedes y que la seguridad de que Dios estará siempre a su lado los llene de paz y felicidad. Recordemos si Dios está con nosotros no tenemos nada que temer.