Saludos.
Existen momentos en nuestras vidas en que el dolor es tan grande que no nos permite sentir la presencia de Dios, debilitando nuestra fe. He tenido momentos en mi vida en los cuales he experimentado ese sentimiento. Hubo un momento en el cual mi esposo estaba en el hospital muy delicado de salud y la angustia que sentía era tan grande que no me dejaba sentir la presencia de Dios y sentía que mi fe se estaba quebrantando, ni siquiera sentía las fuerzas para orar. Fue en ese momento en el cual decidí llamar a una amiga y decirle: "Por favor ven al hospital no tengo fuerzas y mi fe está quebrantada, el dolor no me deja sentir la presencia de Dios". Ella me contestó: "voy para el hospital mantente calmada".
Cuando mi amiga llegó, le dije: "estoy sin fuerzas, necesito orar pero no tengo fuerzas"; le pedí que por favor tuviera una oración, y nos fuimos a un lugar a solas donde leímos la Biblia y ella comenzó a orar. Mientras ella oraba, a pesar de tener los ojos cerrados, yo veía la sombra de una persona que daba vueltas a nuestro alrededor. Cuando ella terminó de orar me dice: "ahora te pregunto, ¿tu crees que Dios tiene el poder de levantar a tu esposo?" y yo le contesto: "mi fe está quebrantada por el dolor", entonces mi amiga vuelve a preguntar: "¿tu crees que Dios tiene el poder de levantar a tu esposo, si o no?". Yo le contesto que aunque mi fe está quebrantada creo que Dios puede levantarlo y le pido que me ayude a fortalecer mi fe. En ese momento sentí una inmensa paz en mi interior que no puedo explicar. No le comenté a ella sobre lo que había visto mientras ella oraba, nos despedimos y regresé al cuarto de mi esposo; esa noche dormí en una silla a su lado con mucho frio pero con una gran paz. Al día siguiente mi amiga me llamó para preguntarme como estaba mi esposo y como me sentía yo. Mientras hablábamos ella me preguntó: "¿Ayer mientras orábamos tu no vistes una sombra que daba vueltas a nuestro alrededor?" y yo le contesté que si. Ella me dice: "yo también, y la pregunta que te hice al terminar la oración fue motivada por algo en mi interior, algo que no puedo explicar". Pasado dos días mi esposo fue dado de alta del hospital.
Por eso les repito que creo en Dios porque lo he sentido presente en mi vida, no porque nadie me lo haya dicho, y es por eso que les exhorto a que ustedes también se den la oportunidad de sentirlo. El nos ama y quiere caminar a nuestro lado y ayudarnos; tan solo tenemos que confiar en El.
En Juan 16: 20-24 dice: "Os aseguro que vosotros llorareis y lamentareis y el mundo se alegrará. Vosotros os entristeceréis ,pero vuestra tristeza se convertirá en gozo. La mujer cuando da a luz siente dolor, porque ha llegado su hora. Pero después que ha tenido al niño, ya no se acuerda del dolor, por el gozo de que haya nacido un ser humano al mundo. También vosotros ahora tenéis tristeza. Pero os volveré a ver y se gozará vuestro corazón y nadie quitará vuestro gozo. En aquel día no me preguntaréis nada . Os aseguro que todo lo que pidáis al padre en mi nombre, os lo dará. Hasta ahora nada habéis pedido en mi nombre. Pedid y recibiréis para que vuestro gozo sea completo".
1 Pedro 5:7 dice: "Echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros".
El mensaje no temáis aparece a lo largo de las Escrituras con firmeza y persistencia. Después de todo, el temor y la ansiedad han formado parte de la existencia humana desde que el pecado entró en la tierra. La ansiedad y el temor acerca de lo que puede pasar es una de las emociones más peligrosas para la salud física y mental. Una leyenda medieval cuenta de un viajero que una noche, se encontró con Temor y Plaga en el camino a Londres, donde ellos esperaban matar a diez mil personas . El viajero le preguntó a Plaga si el haría toda esa matanza." Oh, no - respondió Plaga - Yo mataré únicamente a unos pocos centenares. Es mi amigo Temor el que matará el resto".
Juan 14:14" Si algo pedís en mi nombre yo lo haré".
Es mi deseo que aun cuando estés pasando momentos de dolor puedas confiar que tienes un Padre en los cielos que te cuida y no te abandonará, y que siempre recuerdes que el momento más obscuro de la noche es aquel cuando el sol está por salir. No te rindas porque con un poco de fe y perseverancia puedes lograr eso que tanto anhelas. Confía en las promesas de Dios y recuerda que aunque haya momentos en nuestras vidas en los cuales el dolor no nos deje sentir la presencia de Dios, El siempre estará a nuestro lado porque nos ama y entrgó su vida por nosotros.
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